En 2012 cuando aun vivía en México comencé una relación a distancia con un chico que vivía en España. Como cualquier relación que inicia, teníamos mucho entusiasmo en que todo iba a salir bien y que el amor bastaría para poder superar todo lo que implica estar lejos. La verdad es que no nos equivocábamos pero sí puedo asegurarte que también pecamos de ingenuos. Sigue leyendo para que te enteres de mi historia y cómo después de casi 8 años aún seguimos juntos.
¿Cómo comenzó la historia?
Juan y yo llevábamos siendo amigos desde hace mucho tiempo atrás: intercambiábamos correos desde 2008. En ese momento sólo teníamos una amistad y el contacto era esporádico. No fue hasta principios de 2012 que comenzamos a acercarnos más por medio de Whatsapp ya que de este modo teníamos una comunicación inmediata en cualquier momento. En aquél entonces, ambos nos encontrábamos en nuevas etapas de nuestras vidas: el acababa de independizarse y mudarse a Barcelona y yo había terminado la carrera y me encontraba en mi primer trabajo real en una televisora. Es importante mencionar el momento en el que nos encontrábamos ya que fue crucial para un acercamiento ya que ambos estuvimos el uno para el otro para darnos ánimos y contarnos el día a día en esas nuevas experiencias.
No sabría decir exactamente en qué momento empecé a ver nuestro rutinario intercambio de mensajes como una necesidad, era vital para mi saber de él y de sus pasos para poder estar bien. Creo que fue así como me di cuenta que estaba involucrando sentimientos hacia él.



💡 Tip: Antes de hacer cualquier movimiento, es importante convivir constantemente aunque sea a la distancia. Eso no sólo ayuda a reforzar los lazos sino que también hace que ambos se conozcan mejor.
Ciudad de México- Barcelona: Empieza la relación a distancia
Después de casi un año de estar en contacto continúo por whatsapp y Skype, decidí que quería ponerle cara a todo lo que estaba sintiendo; de alguna manera quería saber si el sentimiento era real o si era una ilusión del momento. Fue por esto que le comenté a Juan que quería ir a visitarlo, es decir a conocerlo en persona. Para mi tranquilidad el se puso muy contento y apoyó mi plan.
A partir de ese momento guardé cada centavo con un estricto plan de ahorro, aunque yo era super gastadora, mi determinación pudo hacer que lograra comprar un boleto redondo a la Ciutat Comtal. No quisiera entrar en detalle en cómo fue la travesía de mi viaje para conocerlo, pero si tienen tiempo y nada qué hacer, les dejo el enlace a mi antiguo blog donde volví a publicar la narración que escribí hace 7 años con lujo de detalle cursi sobre cómo fue ese momento.

En resumen, lo que sucedió es que nos percatamos que en persona nuestra química era un más fuerte y que el sentimiento no sólo seguía ahí sino que era mutuo. Por eso decidimos tener una relación a distancia y así dar una oportunidad a lo que sentíamos y en principio ver qué sucedía.

💡 Tip: Yo di este paso después de mucho tiempo de convivir, hablando con él, comentándolo con mi familia y sobretodo teniendo un plan de viaje bien trazado. Es importante evitar cualquier contratiempo para que el viaje sea lo más llevadero para ambos.
Visita a México
Después de la difícil despedida (esta parte siempre fue la peor) acordamos que él visitaría México en 4 meses. No podría describir lo eterno que unos meses pueden sentirse cuando te separas de la persona que quieres pero a pesar de ello, teníamos contacto constante: hablábamos por Whatsapp casi diario y los fines de semana por videollamada.
Cuando por fin llegó el momento de su visita ¡lo pasamos de maravilla! Pude presentarlo con mis papás, mis hermanos y mis amigos, llevarlo a conocer las pirámides, Xochimilco, Coyoacán y muchos lugares más. Fue increíble ver su cara que veía por primera vez mi cultura con sus ojos. Pasamos días verdaderamente inolvidables. Los lazos se estrecharon aun más y sobra decir que la despedida fue mucho más dolorosa que la primera.


💡 Tip: El intercambio cultural entre personas de distintos países o ciudades es increíble ya que también ayuda a conocer el entorno y costumbres de la otra persona. También nos hace descubrir lo que es importante para el otro: como la familia, amigos y sus lugares cotidianos. Este paso debe ser recíproco a ser posible.
La convivencia 24 horas
El siguiente paso que quisimos dar fue convivir juntos por mas de las dos semanas que las vacaciones nos permitían. Así que yo me busqué un curso en Barcelona de 3 meses (la mayor estancia permitida para turista). Nos instalamos en un pequeño piso al que pudimos llamar nuestro primer «hogar» como pareja. Y aquí nos pasó de todo: descubrir cosas que nos gustaron más y otras que no tanto. Afortunadamente pesaron más las buenas y aunque tuvimos momentos muy difíciles pudimos llevar la convivencia. Pero sin duda la mayor victoria fue podernos ver diario sin pantallas de por medio.
Después de esos 3 meses de vivir juntos, llegó el momento de la más dura despedida. Y entonces «al calor» de los sentimientos pensamos que no queríamos separarnos más y que probablemente el siguiente paso sería quedarnos a vivir en un sólo lugar fuere como fuere. Y es aquí donde entró nuestra parte más ingenua.


💡 Tip: No siempre se puede hacer una estancia de 3 meses en otro lugar, yo me fui con mi trabajo en modo home office y Juan vivía solo, en este punto las circunstancias nos beneficiaron, sin embargo, yo insistiría en que hay que conocerse más y continuar con los viajes de visita planeados siempre que sea posible.
Estar juntos a cualquier precio puede salir muy caro…
Después de mi estancia en Barcelona buscamos la manera de estar juntos. Pero nos dimos cuenta que iba a ser más difícil de lo que pensábamos: los trámites migratorios para los permisos de trabajo y residencia eran bastante complicados, y claro, llevan mucho tiempo en concretarse y hacerlos al pie de la letra tampoco aseguraban nada. Fue así que «descubrimos» que un atajo a todo ese lío era casarse…

Al principio nos pareció una idea lógica y muy práctica, sin embargo Juan lo habló con su familia y ellos le hicieron ver que no había por qué apresurar las cosas. Fue un golpazo de realidad porque nos dimos cuenta que tenían razón y aunque nos costó mucho afrontarlo, decidimos que el plan tenía que ser de otra manera. Al final, les puedo asegurar hoy en día que fue la mejor decisión que pudimos haber tomado.
💡 Tip: Quizá uno de los más importantes para una relación a distancia. Creanme cuando les digo que se lo doloroso que puede ser tener una relación a distancia por mucho tiempo, pero apresurar las cosas con algo tan serio como el matrimonio podría traer incluso más problemas. Casarse, dejar tu país o ciudad sin ningún plan de soporte aumenta las probabilidades de fracaso, frustración y sobretodo de dañar la relación de forma permanente.

Lo que terminó por unirnos para siempre: El plan definitivo
Decidimos probar suerte en México como primer destino. El plan sería que antes de nada Juan estaría buscando trabajo allá. Por lo que estuvo trabajando horas extra en Barcelona por 4 meses para poder tener un mes de vacaciones en México y así poder hacer entrevistas de forma «tranquila». Después de muchos intentos encontró una empresa que lo contrató. Con esto ya teníamos la primera y mas importante arte del plan: tener un trabajo seguro, por ello lo arregló todo para salir de España y llegar a vivir conmigo -ahora sí- en una casa permanente.

En mayo de 2014 nos mudamos juntos: ambos con trabajo, con un ahorro para comprar nuestras cosas y pagar el alquiler. Fue así como el plan tuvo sus frutos. Sé que escrito así suena fácil pero fue muy cansado, angustioso porque estábamos apostando todo a ese plan y para rematar los trámites migratorios fueron muy desgastantes, complicados y caros.

Nos llevó casi 7 meses para realizar el plan y salvo el mes que Juan estuvo en México, el resto del tiempo estuvimos separados: con videollamadas madrugadoras, mandándonos fotos diarias para poder vernos la cara y aferrándonos a la idea que teníamos que hacerlo bien porque estábamos arriesgando mucho para que nada pudiera separarnos.

Estuvimos 2 años en México viviendo juntos en «unión libre/ pareja de hecho» antes de casarnos en agosto de 2016. Hoy día llevamos 12 años de conocernos, casi 8 siendo pareja y nos encontramos viviendo definitivamente en España. Esta experiencia nos ha enseñado que sea donde sea mientras estemos juntos, la geografía no es importante.
💡 Sobrevivir a una relación a distancia ¡es posible! sé paciente, confíen mucho el uno con el otro, siempre evalúen muy bien las posibilidades y que el tiempo no les haga creer que la separación durará siempre. Van a salir de esto y sobretodo si lo hacen con mucha cabeza y amor, la distancia un día se convertirá en estirar el brazo para apretarse la mano uno a lado del otro. Lo puedo asegurar…

Este post esta especialmente dedicado a Juan. Al reescribir nuestra historia no puedo sentirme más orgullosa y feliz de haber cruzado todo esto contigo. Gracias por estar ahí para mí desde hace tantos años. Y ahora poder estar contigo para toda la vida.

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