Casi todo el mundo tiene al menos un perfil de redes sociales ya que nos ayudan a conectar con nuestros conocidos, amigos y familia. Por esto es muy normal que estés familiarizado con lo que puedes encontrar en ellas: publicaciones de las demás personas que en muchas ocasiones podríamos decir que son demasiado agradables, como si para ellos la realidad fuera siempre perfecta, pero ¿realmente es así?
Publicar sólo cosas buenas
Es un hecho que siempre preferimos dar a conocer las buenas noticias de lo que nos sucede, es decir ¿a quién le gusta compartir los detalles de algo que realmente te hizo sentir mal? puede ser que quieras desahogarte y también lo publiques en tus perfiles para buscar un poco de consuelo, pero la verdad es que nos gusta mas recibir buenos comentarios, elogios y una buena cascada de likes. Creo que hasta este punto no tiene nada de malo querer compartir el lado mas positivo de nuestra vida sin embargo hay una fina línea entre esto y aparentar la mayor parte del tiempo que todo es perfecto tratando de imitar otros estilos de vida que no tienen nada que ver con el nuestro.

El negocio de los estilos de vida falsos
Con el ascenso de los perfiles de los llamados influencers, la percepción de las publicaciones en redes sociales ha cambiado mucho. Estas personas cuentan con un gran número de seguidores y cada una de sus actualizaciones y fotos son perfectas: fotografías bien iluminadas, encuadradas y encima con una actitud natural como si su día a día fuera salir bien en todas las fotografías. Incluso la comida que comen, los lugares que visitan son increíbles: viajes, sitios bohemios, exclusivos, naturaleza étc. ¿Te suena algún perfil con estas características? ¡seguro que sí!
Para el caso de los influencers y otras personalidades de internet como youtubers, sus perfiles de redes sociales son su negocio donde adquieren en muchas ocasiones una buena suma de dinero por promocionar productos a lado de su perfecto estilo de vida, si quieres enterarte bien cómo funciona su negocio, https://www.missdigitalink.com/aplicaciones-para-conocer-gente-de-lagartera/ El punto es que muchas de las personas que vemos como referentes y que nos tienen encantados con sus vidas, no son mas que publicaciones muy cuidadas, poco naturales y con el objetivo de ganar likes y seguidores así que ver estos perfiles como un modelo a seguir es ver la vida a través de los lentes de un estilo de vida falso.
Las consecuencias de perseguir la perfección en redes sociales
Mi trabajo con redes sociales me hace tener que estar informada no sólo de las actualizaciones técnicas de las mismas sino que también leo muchos artículos con noticias relacionadas. Y me he cansado de leer historias que terminan muy mal con gente que se obsesiona por tener un estilo de vida que no puede permitirse. Los efectos de hacerlo pueden ser muy distintos van desde pasar una vergüenza cuando se descubre la verdad, perder dinero hasta perjudicar nuestra salud mental: comenzamos a sumergirnos en un mundo creado y cuidadosamente posado y cuando en nuestra vida está pasando por un mal momento, tendemos a compararnos con expectativas irreales y a muchos puede llevarlos a pensar «parece que todos son felices excepto yo.»
El balance entre la vida virtual y la real
Hay que aceptar que nuestra vida ¡no tiene que ser interesante todos los días! hay semanas donde realmente no me ocurre nada fuera de trabajar y estar en mi casa chilling y eso está bien. No hay que obsesionarnos con estar publicando todo el tiempo para tener un sentido de pertenencia o una aprobación constante sobre lo que hacemos e incluso sobre nosotros mismos. Creo que es sano ver las redes sociales como lo que son: un reflejo poco real de lo que mucha gente vive: sí, es una plataforma para compartir pero hay que tener límites para hacerlo y ser conscientes que hay cosas que se viven mejor detrás de la pantalla.
Creo que viene al caso hablar de un consumo responsable del contenido que vemos y asumimos de estas plataformas, no hay que dar por seguro todo lo que vemos y mucho menos hay que comparar con lo que tenemos. Saber tener ese balance entre lo que es pertinente publicar y lo que no, es un paso para poner un límite a nuestra persona en internet. Publicar todo no solo es un riesgo a nuestra seguridad, sino también para nuestra salud mental. De vez en cuando hay que darnos un respiro de nuestras timelines y disfrutar de la belleza de lo que no es digno de instagram.


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